jueves, 16 de abril de 2009

Asuntos propios

Me invitan al programa "Asuntos propios", candelero compartido con Manolo Lozano. Me las prometo felices, porque la fórmula parece infalible. Total, cuánto partido puede sacársele a dos libros, dos, en 20 minutos. Pero Toni Garrido tiene su as en la manga. Yo imaginaba una entrevista socarrona, a su estilo, con alguna salida por peteneras relacionada con los residuos o la radioactividad y me decía a mí mismo que ya se ocuparía Manolo, que menudo es. He aquí que no. Toni elige la democracia y las preguntas que ustedes, queridos oyentes, o escuchantes como es la moda, quieran hacerle a estos catedráticos. 

Lo malo es que en asuntos de energía nuclear nadie quiere preguntar nada. Todo el mundo lo tiene todo clarísimo. Unos te dicen que les den centrales y no molinos, que eso de los molinos menuda tomadura de pelo y cuánto afean el paisaje. Los otros  que total, da lo mismo que se rompa una central aquí que en Francia, nos va a freir igual, así que por el mismo precio ponemos algunas. Y la mayoría, desde luego todos los que llamaron saben que la energía nuclear es mala malísima. Contamina, es sucia, muta a los peces y a las lechugas, da cáncer, que el padre de una amiga que trabajaba en una central palmó a los 54 de uno, pulmón creo, sí, el hombre fumaba, pero seguro que no fue por eso. El átomo que es muy cabrón.

Mire, le digo: que los residuos que generan las nucleares ocupan poco en volumen, es cosa del E=mc**2, lleva usted siglos respirando smog y comiendo mierda empaquetada, no se apure por unos residuos que caben en 7 piscinas municipales y cuestan bien poco de quitar de en medio. La receta: a) los mete en barriles de acero, b) rellena el espacio libre entre el barril y las barras de combustible de hormigón, c) hace un agujero de 1 km de profundidad en una zona basáltica (el basalto es roca cristalina y a 1 km de profundidad se puede pasar millones de años inmóvil), d) suelta ahí sus barriles, que le ocupan siete piscinas municipales (todas las centrales españolas, en 30 años de operación). e) echa un poco más de cemento y f) se olvida.

Los residuos nucleares son abrumadoramente menos voluminosos que los residuos de cualquier otra cosa: una pelota de golf por familia y año. El problema de inmovilizarlos (en bidones de titanio o acero, vitrificados o fijados con hormigón) está resuelto desde hace años. Las perforadoras para cavar pozos las tenemos desde hace décadas (son las mismas que para excavar pozos petrolíferos). A 1 km de profundidad no hay posibilidad alguna de que los residuos entren en contacto con la cadena trófica.

Pero miren, señores enfadados que nos llamaban al programa (2o minutos y diez militantes, esto es, diez arengas: menos mal que Manolo estaba en el ruedo). La razón por la que no quisiera echar las pelotas de golf a la roca basáltica y tapar (mucho más fácil que cualquier esquema de captura de CO2, que se enfrenta a cantidades ingentes del gas que capturar) es porque creo que podemos reprocesarlos, ahora, o dentro de 10, 20 o 50 años. Extraer de ellos 100 veces más energía de la que hemos sacado hasta ahora y elminar los elementos de más large vida que son casi todos fisionables y útiles para producir enegía.

Pero en fin: los españoles seguimos fumando o  suicidándonos en las operaciones retorno, pero SABEMOS que los residuos son malos y van a envenenarnos con su letal poder. Cosa que se apresuraron a explicarnos los atribulados oyentes que nos llamaron.

Lo que me recuerda que unos días antes había estado en otro programa de radio, donde sin previo aviso apareció un ecologista invitado (por la locutora, no por mí) a debatir sobre el tema. Su argumento fue demoledor: en realidad Juanjo no es un ecologista, sino un físico nuclear (lo decía como quién acusa a un Jesuíta de ser aficionado a la fórmula uno o a un banquero de practicar la esgrima). Tuvo la gentileza, eso sí, de decir que le gustaba mi libro, tan informado y poético, aunque tan equivocado. Y luego la arenga. 

Es un poco de coña. Hay cierto viento de cambio en el país. Por las razones que sean (y creo que mi amigo Marcel podría explicar bastant aquí) la prensa recibe las consignas de no ser tan desfavorable a la energía nuclear como hasta ahora. Pero claro, a más de un locutor y a más de un plumífero le pillan en orsay. Es todo un poema, la sucesión de artículos "objetivos" o "neutrales", que le dan una a Dios y otra al diablo, como el reciente número del país.

Seamos serios. Esto de la energía nuclear son palabras mayores. Si se cree en ella como solución, aunque sea parcial, de nuestros problemas energéticos, hay que ponerse a ver si somos capaces de relanzarla, lo que en nuestro país no será fácil. Si no se cree, hay que saber por qué. Pero toda esta frivolidad made-in-spain, cansa. El país de nunca jamás, que no sólo piena que inventen ellos. También opina que sean ellos, los otros (los ingleses, italianos, alemanes, suecos o americanos) los que decidan.

Y así nos va.

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