miércoles, 29 de abril de 2009

Que viene el lobo

La fábula, no por vieja, es menos relevante. Perico gritaba qué viene el lobo y todo el mundo lo creía, hasta que, de tanto repetirlo, al final nadie le hacía caso. Y un día el lobo llegó y se comió el rebaño.

¿Por qué tantos ecologistas repiten, al unísono las mismas viejas consignas? Se habla de centrales nucleares más seguras y la respuesta es que se trata de una nueva maniobra del poderoso lobby nuclear. Se apunta que las centrales nucleares no emiten CO2 y existe suficiente uranio como para que supongan un instrumento importante en la lucha contra el cambio climático y la escasez de combustibles fósiles y son inventos de la industria nuclear. Alguien apunta que el Torio puede ser un interesante combustible de futuro y enseguida la cantinela: otra maniobra de la industria nuclear.

Qué viene el lobo. Y uno se pregunta: ¿Quién es el poderoso lobby nuclear? Porque hay empresas, como Iberdrola, propietarias de algunas nucleares pero que también se cuentan entre los jugadores destacados en energía eólica. Y por cierto: ¿Hay poderoso lobby verde? Si se echa un vistazo a las empresas que participan en el desarollo eólico o termosolar, uno estaría tentado a concluir que no son precisamente un eco-pyme. Cuando un catedrático de Física Nuclear como Manolo Lozano opina que el Torio puede ser el combustible del futuro, puede tener razón o no, pero lo que es seguro es que no está hablando por boca del Foro Nuclear... entonces... ¿a qué sacarle la cantinela?

La siguiente noticia en Madri+d le deja a uno la boca abierta:

http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=39179&origen=notiweb

Como dice el artículo de Público, los argumentos a favor del Torio son bien conocidos por los científicos, pero a continuación, ¡ay! el periodista no nos dice cuál son, excepto citando de pasada a Manolo Lozano. Y a continuación, como no podía ser menos en nuestro democrático país, le cede la palabra a un físico que trabaja "en temas de fusión" (no hay frase comodín más sufrida que "en temas de", lo mismo sirve para temas de rotos que de descosidos nucleares).

¿y qué dice este físico, responsable de la campaña antinuclear de Ecologistas en acción? (y por tanto, como todo el mundo imagina, neutral y objetivo donde los haya). Pues dice "con sorna":

a) Que el Rubbiatrón se abandonó (el Rubbiatrón tiene un nombre técnico, el ADS o Accelerator Driven System) por fuerte oposición social y política. ¿Es eso un argumento en contra del Torio? ¿Dice como funciona el ADS, qué problemas tiene que resolver y resolvió o no?

b) Luego, Castejón (el físico-ecologista que trabaja en temas de fusión) alega, o el periodista pone en su boca que la dificultad con los reactores de Torio es que requieren un acelerador (cierto) y que ese acelerador no existe. El caso es que un acelerador así SI existe y de lo que se trata y puede ser factible o no comercialmente, es de ver si es posible utilizar los ADS para generar energía en grandes cantidades, o si es más factible usarlos como incineradores de residuos. En todo caso estamos hablando de una tecnología de aceleradores convencionales DE HOY, MUCHO MÁS FACTIBLES que la tecnología necesaria para desarrollar a gran escala la fusión nuclear.

c) Y finalmente el tema de los residuos, los semipternos residuos. Castejón concede que son menos peligrosos, pero de todas maneras radioactivos y perniciosos (y vuelta a mencionar a la industria nuclear).

¿Por qué no explicar un poquito las cosas?

Es muy fácil entender por qué el Torio es interesante y muy fácil también entender dónde están las dificultades. Estamos hablando del isótopo Th-232, cuyas características son las siguientes:

a) Es unas cinco veces más abundante que el Uranio
b) No es físil (no se divide en fragmentos más pequeños cuando absorbe un neutrón).
c) Pero es FÉRTIL, esto es se transmuta en U-233 al absorber un neutrón. El U-233 es el isótopo minoritario del Uranio y SÍ es físil.

¿Por qué el Th-232 es interesante (aparte de su abundancia)?
a) Porque por el sólo no puede sostener una reacción de fisión. Esto es a la vez una bendición y un problema. Si conseguimos una fuente externa de neutrones, estos transmutan el Th-232 en U-233 y podemos extraer energía de la fisión del U-233. Pero en cuanto el flujo de neutrones se detiene la reacción se para:

ventajas; accidentes mucho más improbables ya que para abortar la reacción en cadena basta "apagar" el "chorro" de neutrones (mientras que en los reactores de U-235 o Pu-238, la reacción en cadena se mantiene hasta que no la extinguimos con absorbentes de neutrones).

inconvenientes; necesitamos ese chorro de neutrones. Para eso se utiliza un acelerador (convencional) que bombardea con protones un blanco de plomo (algo que se sabe hacer desde hace décadas) con el fin de producir el flujo de neutrones. El problema no es de principio, sino, como suele ser el caso de tecnología de escala. Es fácil construir un reactor experimental de Torio basado en un acelerador. Muy posiblemente sea factible construir uno comercial pero hay entran las eternas consideraciones: precio, riesgo, intereses creados (esta vez sí) de la industria, etc.

¿Por qué los residuos son menos peligrosos? Porque en el sistema no hay U-238 y por tanto no se forman ni el Pu-239 ni ninguno de los actínidos asociados. El U-233 resulta en productos de fisión, de los cuales los más problemáticos son el Cs-137 y el Sr-90, con una vida media de 30 años y por tanto una radiotoxicidad infeiror a la de la veta natural en unos 300 años. Dado el escaso volumen de los residuos producidos por una central nuclear, almacenarlos por unos cuantos cientos de años es un problema fácilmente manejable.

Hay otras maneras de utilizar el Torio en reactores híbridos, pero no voy a entrar en ello ahora. La somera explicación precedente debería servir para convencer a cualquiera que no haya leído LA VERDAD en algún libro sagrado, que vale la pena explorar este territorio.

No sé mucho de los intereses de la poderosa industria nuclear, pero me parece que si los tiene, van más en la dirección de continuar con el business as usual (esto es quemando U-235 enriquecido en reactores convencionales) que poniéndose a investigar en reactores de Torio o arriesgarse a construir unos nuevos. Los que solemos interesarnos por estas posibilidades somos científicos como Manolo Lozano, Carlo Rubbia o yours truly. Por estos problemas, o por otros más difíciles todavía, como la fusión nuclear, "el tema" de Castejón, que por lo visto sí está a salvo de sospechas de que le interese al poderoso lobby etc. Por cierto, ITER, con ser una apuesta arriesgada, podría suponer un paso de gigante en la capacidad de la humanidad de controlar los recursos energéticos. Cuándo ya es otra historia.

Entre tanto, uno esperaría de la prensa que acompañara la democracia (cada vez que hay una noticia sobre la energía nuclear parece indispensable agregar la coletilla del ecologista de guardia sobre el lobby y las mentiras nucleares) con un poco más de ciencia. Y quizás habría que dar argumentos en lugar de repetir mantras.

Entre otras cosas, porque el lobo no es la energía nuclear. Es la crisis energética, con sus tres jinetes del apoacalipsis (escasez de combustible fósil, escasa distribución de las reservas y cambio climático). Y el día que llegue será para devorarnos.

2 comentarios:

  1. Hola, siento bastante interés por los temas que tratas en tu blog, que, por cierto, debería de ser de lectura imprescindible para todos aquellos (la gran mayoría) que opinan de la energía nuclear con las mismas ideas preconcebidas de siempre y cuya información al respecto no va mucho más allá que la que obtienen en los capítulos de los Simpsoms.

    No sé si tendrás ganas ni tiempo para contestarme, pero en cualquier caso te planteo la siguiente cuestión:

    Es cierto que hay un consenso científico bastante palpable (o al menos muy difundido) en cuanto a que el actual “cambio climático” (antes “calentamiento global” pasado mañana Dios dirá) es una consecuencia antropogénica provocada por sus emisiones de dióxido de carbono.

    He leído acerca de teorías alternativas basadas en la actividad solar que muestran conclusiones al menos igual de contundentes.

    ¿Por qué hemos de asignarle mayor peso a la primera teoría sobre la segunda? ¿No sería más prudente y serio contrastar ambas antes de decantarse por la más alarmista? ¿No puede ser éste otro caso de “qué viene el lobo”?

    Muchas gracias por tu atención.

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  2. Hola Javier,
    Me alegra no estar hablando solo.

    En lo que se refiere a tu pregunta yo creo que hay muchas razones para asignar mayor peso a la teoria antropogenica. Te doy tres argumentos, muy resumidos:

    1) Es consistente: sabemos que el CO2 tiene precisamente el efecto de reflejar la radiacion infrarroja de vuelta a la Tierra. De hecho, sin el CO2, el planeta seria inhabitable. Por tanto, si aumenta la concentracion de CO2, es de esperar que tambien aumente la temperatura.

    2) Las simulaciones de ordenador, cada vez mas preisas, apuntan en esa misma direccion.

    3) Las pruebas paeleoclimatologicas. Hace cosa de 50 millones de años sucedio un efecto similar en el planeta, esta vez por razones naturales (erupcion de volcanes subterraneos que revento hidratos de carbono). El aumento de los gases de efecto invernadero (el metano es mucho mas eficiente que el CO2) llevo a la tierra a un estado metaestable mucho mas calido.

    Yo era bastante exceptico hasta hace algun tiempo, pero en los ultimos años la evidencia no ha hehco mas que aumentar. Mucho me temo que de verdad viene el lobo.

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